Debido a la sequía en el Área Metropolitana de Monterrey, los clientes de este proyecto decidieron dejar de regar el pasto y un año después, cuando llegamos al sitio, ya no quedaba rastro de él. El proyecto consistió en transformar un jardín de pasto convencional en un jardín polinizador.

A través del diseño, se generaron distintos ambientes y un recorrido en el interior del jardín. Se instaló una escalera para facilitar el acceso y se creó un talud de vegetación para enmarcarla. Con elementos como campanas de viento y un cuerpo de agua, se incorpora el sonido para disfrutar de una atmósfera que va mas allá de lo visual.

La vegetación se mantiene libre y diversa, siendo parte fundamental de la experiencia del jardín que hoy en día es casa de distintos polinizadores y un espacio para disfrutar de la naturaleza en la vida cotidiana.

- Colaboración: Michelle García, Melanie Millán y Sara Nahle.